viernes, 14 de junio de 2013

Los reductores de cabezas...


Las cabezas reducidas no son mas que lo que dice su nombre, cabezas humanas decapitadas desolladas y reducidas al tamaño del puño de una mano.

No todos los pueblos han desarrollado estas técnicas de conservación de cuerpos para honrar  o deshonrar a sus muertos, pero mira si andas por la selva amazónica y caes en territorio de los Jibaros, en ese caso te recomendaría que volvieses rápidamente por el camino de donde venías.
El pueblo de los Shuar, más conocido por el nombre de Jíbaros es originario del altiplano ecuatoriano y selva peruana. Estos simpáticos nativos tienen una curiosa capacidad; la de reducir las cabezas de sus enemigos. Luego de un duelo el vencedor, se hace de un trofeo, una cabeza humana cortada y luego reducida.



 Para reducir la cabeza.

Los Jíbaros la sometían a un acomplejo procedimiento, ellos una vez que tenían la cabeza cortada hacían una incisión con un cuchillo desde la nunca hasta la base del cuello y sacaban la piel, es decir, que toda la parte ósea  de la cabeza quedaba fuera (cráneo), y todas las partes blandas como  ojos, cerebro y  lengua también.

El siguiente paso a seguir era poner a hervir la cabeza con diferentes hierbas al estilo de una sopa y una vez que la carne estaba bien cocida se retiraba del caldo, esta al salir de ahí ya era un tercio más pequeña de su tamaño original; por consiguiente lo que proseguía era poner a secar la cabeza y quitar los trozos de carne aun pegados para evitar eso de los malos olores y putrefacción, como una bolsita de piel se rellenaba con piedras calientes y arena para que las facciones de la cara permanecieran idénticas a la de la persona antes de ser decapitada y desollada.  

El último proceso era ahumar la cabeza  para ennegrecerla, era como un conjuro que tiene un sentido místico que alude a que el espíritu del muerto, el "muisak", no vuelva para vengarse del asesino.
Por ello, aquel guerrero que acaba de matar a un enemigo debe llevar a cabo un complejo ritual, destinado a encerrar el alma del muerto en su propia cabeza, cuidadosamente reducida, llamada "tsantsa”.

De esta manera la cabeza se convertía en un amuleto que los protegía contra hechizos enfermedades o todo aquello que pudiera dañarlos, y al mismo tiempo eran trofeos que le daba prestigio a quien lo poseía,  porque quería decir que había sido un gran guerrero, cuantas mas tsantsa tenia lógicamente tenia mas prestigio por que había matado a mas enemigos.

Ahora ya sabes que hacer con tu enemigo sin que su espíritu te atormente, ahora si no quieres usar este método puedes comprarte una de estas.

 
Replica de Cabeza reducida, pieza única con cabello real tiene un tamaño de 10cm.
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